En casa...

Venía llegando de mi pequeña tarde con Bella, aún asimilando todo lo que había ocurrido y pensando en todo lo que iba a ocurrir después.
Entre en casa para toparme con el familiar olor de Rosalie, estaba en el salón. Quizá tan pensativa como yo, me acerqué a ella y me recagué en una de las paredes.

- Puede que sea la última persona a la que le quieras contar algo... pero te veo perturbada, estas bien?

No era fácil encontrar a Rosalie en un estado como ese, eso era lo que me tenía preocupado. A pesar de que la mayoría del tiempo no se llevaban de la mejor manera, seguían siendo hermanos y Edward se preocupaba mucho ella.

- Puedo ayudarte en algo? Quieres contarme? - le pregunté. No iba a meterme a buscar cosas en su mente, le daba privacidad a mi familia. - Sabes que puedes contar conmigo Rose, no importa lo que sea.

[OFF: Perdón por tardar tanto en responder, lo que pasa es que había tenido unos problemitas ^^]

- Creo que puedo comprender si intentas explicarme lo que paso. - le dije acercandome para sentarme frente a ella.

De verdad me preocupaba el hecho de verla así, ya me había acostumbrado a la Rosalie fuerte y que no dependia de nadie. Dudandolo un poco, al fin tome su mano y la mantuve entre las mías. La miré fijamente y sonreí. - Vamos, no puede ser tan malo.